Tu y yo. Dos paréntesis recién cerrados.
Sellados de melancolía. Escritos con la tinta del tiempo,
que cura aquello que somos incapaces de entender
Nosotros. Con el corazón en vilo y alma en un puño.
Sin saber sin repararlo e intentar venderlo como nuevo o si
dejarlo en el almacén de las cosas a medias,
de las promesas rotas y de lo que el viento nos dejó.
Yo. Que ya no creo en las flechas ni en las canciones de amor.
Que huyo de los principios como quien se esconde de las ganas
de volver a empezar.
Que no tengo la fuerza para comprobar si me puedo volver
a romper o estoy tan partido que me da miedo no
encontrarme ni por la mitad.
Tú. Que me has visto a mi la luz,
que se cuela entre mis grietas.
Que has llegado una transición antes,
un desamor tarde.
Que me pides que te deje estrellarte,
que reclamas una oportunidad que no quiero
que desperdicies conmigo.
Los dos. Corazones sin dueño que los reclame,
que seguimos latiendo a pesar de todo.
Y de todos.
Vidas que recuperaron el sentido,
pero el doble.
Sentimientos con la piel de gallina,
y emociones a flor de piel.
Sensaciones en idiomas que no terminamos de entender.
Tu y yo. Menos que todo, y más que nada.
Dos signos de interrogación que no dejan de preguntarse...
y a nosotros, ¿quién nos encuentra una respuesta?
Texto: Corazones de segunda mano.